sábado, 1 de junio de 2024

A propósito del buixo

El boj (Buxus sempervirens) es un arbusto nativo de Europa, Asia occidental y el norte de África. Pertenece a la familia Buxaceae y se caracteriza por su follaje perenne de hojas pequeñas y brillantes, así como por su crecimiento lento y compacto. Es conocido por su longevidad, ya que algunos ejemplares pueden vivir varios siglos. En cuanto a su madera, se utiliza desde la antigüedad por sus propiedades excepcionales. Su dureza, densidad y poca porosidad hacen que sea un material apropiado para muchas aplicaciones. Por ejemplo, para la fabricación de utensilios de cocina, como cucharas, tenedores, espátulas, espumaderas, etcétera. Como apenas tiene poros, no coge color, olor, ni sabor y garantiza una excelente higiene. También se hacen con esta madera instrumentos musicales de viento e incluso muebles. Creo recordar que en alguna casa pirenaica me senté más de una vez en una cadiera de madera de boj al calor del fuego del hogar para escuchar las historias que los más mayores del lugar nos referían a los más pequeños mezclando hechos verídicos con detalles a todas luces irreales o, por lo menos, totalmente increíbles.

También se dice que el boj tiene propiedades mágicas y, de hecho, desde hace mucho tiempo se han fabricado amuletos y objetos relacionados con el esoterismo. Para quien seguro será un símbolo de buena suerte es para quienes alguna vez han sido agraciados con un premio de la lotería de Navidad, ya que las pequeñas bolitas que giran en esos grandes bombos son de madera de boj.

En zonas montañosas como el Pirineo aragonés, el boj tiene una gran presencia y en alguna que otra ocasión te puedes encontrar con un recodo del sendero hermosamente decorado por plantones de boj revestidos de musgos que le dan al paisaje un aire de cuento de hadas. En fabla aragonesa al boj se le denomina buxo y también buixo. Dada la vocación localista y de recuperación de nuestras tradiciones y nuestra cultura culinaria, he bautizado este blog 'Madera de buixo', una planta cuyo acusado e inconfundible aroma me ha acompañado desde mi infancia todos los veranos y periodos vacacionales que pasaba por los valles de Pineta, de Ordesa o Benasque.

Un sendero abrigado por un arco de misteriosos bojes en el valle de Benasque.

Senderos de belleza y misterio

En uno de mis senderos favoritos, hay un lugar rodeado de misterio, en el que parece que el monte te acoge en sus enigmáticas entrañas, bajo una hechizante penumbra gris y verde. Sólo se oye el canto de los pájaros y el susurro de un cercano arroyo empeñado en moldear las piedras que ayudan a cruzarlo. Imposible no sentirse traspasado por la paz que emana de los troncos de bojes o buixos vestidos con musgos verdosos y grisáceos de indescifrables significados. Un lugar vetado a la infelicidad y al desasosiego. Tendríamos que subir alguna vez  todos por senderos como éste, pues son muchos los que jalonan los hermosos montes pirenaicos.


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