sábado, 13 de septiembre de 2025

Adiós a Rick Davies, fundador y alma de Supertramp

Hace un par de días no fue un día normal y cualquiera. Me desperté con la noticia de la muerte de Rick Davies, uno de los fundadores y el alma de Supertramp, uno de mis grupos favoritos y una banda fundamental en la historia de la música de la segunda mitad del siglo XX.

Rick Davies, durante un concierto con Supertramp.
Rick Davies, durante un concierto con Supertramp.

La mayor parte de sus canciones forman parte de la banda sonora de mi vida y si alguna vez me pongo a la tarea de elaborar una lista con los mejores discos de pop-rock de todos los tiempos tengo claro que 'Crisis?, What Crisis?' o 'Crime of the Century' estarán en el podio de los tres primeros, por detrás de 'The Dark Side of de Moon', de Pink Floyd, y de 'I Robot', de Alan Parsons Project. 

Junto a Roger Hodgson lideraron un proyecto que dio a luz canciones irrepetibles y Davies mantuvo viva la llama del grupo tras la marcha de Hodgson en 1983 a causa de sus desavenencias por la incompatibilidad de caracteres de estos dos genios de la música.

Supertramp, en los momentos álgidos de su carrera.
Supertramp, en los momentos álgidos de su carrera, a principios de los ochenta. 

Son tantas las canciones del grupo que permanecen en la memoria musical de varias generaciones, tantos los momentos inolvidables que muchos de nosotros hemos vivido con ellas y que rememoramos cada vez que las escuchamos, que es inevitable sentirnos un poco huérfanos con la muerte de Davies, a quien ya en 2015 le fue diagnosticado un cáncer que provocó la suspensión de una gira del grupo por Europa. 

Desde entonces luchó a brazo partido con esa temible enfermedad, que no hace ascos ni a riquezas materiales ni a genialidades artísticas cuando decide acabar por las malas con la vida de quienes tienen la mala suerte de ser tocados por su malhadada lotería. 

Portada del disco 'Crisis?, What Crisis?'.
Portada del disco 'Crisis?, What Crisis?'.

Davies falleció el pasado día 6, sólo una semana antes del cincuenta aniversario de la publicación del álbum 'Crisis?, What Crisis?', que encumbraría definitivamente a Supertramp.

Cuando llegan estas fatales noticias sólo nos queda el frágil consuelo de creer en la inmortalidad que sus universales creaciones aportarán por los siglos de los siglos a estos ídolos, cuya desaparición física no impedirá que sigamos teniendo ese vínculo fraternal con notas musicales y entonaciones vocales que nos arrullan desde la cuna de nuestra más tierna adolescencia.

Rick Davies, en la última etapa de Supertramp.

Canciones que lo mismo nos revelan los desvaríos y vaivenes a los que nos someten las relaciones amorosas, como 'Anoter Man's Whoman', que exaltan sentimientos supuestamente intrascendentes que surgen en las rutinas de cualquier jornada anodina, como 'Just a Normal Day', con letras y músicas aparentemente sencillas pero que conllevan cargas de gran profundidad, pues nos hacen reflexionar sobre la brevedad de la vida, ajustada al huidizo tiempo, ese tiempo que, como dijo el poeta, es la escuela en la que aprendemos pero también el fuego en el que nos consumimos.

Goodbye, Rick, que tengas una buena acogida y disfrutes de las mejores músicas en el reino de la paz.

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