Esta semana se ha celebrado el año nuevo judío o Rosh Hashaná, festividad conmemorada por el pueblo judío donde quiera que se encuentre, durante los dos primeros días de Tishréi (séptimo mes del calendario hebreo, correspondiente a septiembre u octubre en el calendario gregoriano, dependiendo del año). Conmemora la creación del hombre, según la cosmovisión hebrea. Durante los festejos se toman algunos platos típicos como las cabezas de cordero asadas, plato muy concurrido también en la cocina tradicional aragonesa.
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| Cabeza de cordero asada con guarnición lista para comer. | 
De hecho encontramos una receta de esta preparación en el libro 'La cocina de los judíos de Sefarad en la Edad Media' (Libros Certeza), del profesor Álvaro López Asensio, que la recoge de actas judiciales contra judíos conversos acusados de judaizar en la comarca de Calatayud. La reproducimos más abajo.
Aprovechamos esta efemérides para recuperar este plato que se consumía con frecuencia en nuestros pueblos en tiempos pretéritos. Por ejemplo, yo lo he comido bastantes veces en mi adolescencia tanto en mi casa como en establecimientos punteros en Barbastro, mi ciudad natal, en aquella época, como La Pelela, Los Claveles o El Tropezón.
Las cabezas son consideradas casquería de cordero en sí mismas, aunque están formadas por los sesos, lengua y molletes (carrilleras), que también son menudos por separado. Normalmente se cocinan en el horno partidas por la mitad, aunque previamente es conveniente darles un hervor. También es recomendable tapar con papel de aluminio o de horno los sesos para evitar que se quemen, ya que éstos se cocinan antes.
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| Sesos de cordero rebozados. Foto de aceites La Española. | 
Los sesos, si se cocinan por separado, conviene ponerlos al menos 30 minutos en agua fría para que suelten la sangre, para después quitar la fina tela que los recubre y blanquearlos en agua hirviendo durante 3 minutos aproximadamente. Lo más común es prepararlos rebozados, aunque también los podemos preparar, por ejemplo, en revuelto o tortilla.
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| Una bandeja de horno con varias cabezas de cordero asadas. | 
Receta
Ingredientes:
2 cabezas de carnero, cordero u oveja partida por la mitad.
Aceite de oliva.
Pimienta negra al gusto.
Una pizca de nuez moscada.
Una pizca de clavo.
Tomillo.
Unas hojas de laurel.
Verduras optativas: apio, media berenjena, media cebolla, dos dientes de ajo.
Sal al gusto.
Elaboración:
Marcamos las cabezas cortadas por la mitad.
Eliminamos cualquier resto de grasa que haya en las cabezas.
En una olla o cazuela grande cocemos en agua hirviendo las cabezas de cordero durante veinticinco minutos aproximadamente, les añadimos unas hojas de laurel y sal, y una vez cocidas las reservamos en una bandeja.
En una taza elaboramos una salsa de especias con pimienta negra, nuez moscada, clavo y con el tomillo. Espolvoreamos la salsa por encima de las cabezas, que previamente habremos untado con una fina capa de aceite de oliva por toda la superficie; la cabeza adquirirá un color oscuro.
Si las hacemos a la brasa, ponemos los trozos en unas parrillas sobre la brasa caliente y cuando estén asadas por una cara les damos la vuelta.
Si se hacen al horno se ponen en la bandeja y se cuecen media hora por cada lado.
Las servimos con esta guarnición: en una olla o cazuela con aceite de oliva caliente freímos a fuego lento y durante cuatro minutos el apio cortado, la berenjena, media cebolla y los dientes de ajo.
Para acompañar este plato, nada mejor que un vino tinto de garnacha de los muchos que se elaboran en Aragón.
 











 
 
 
