Parece que este año se cumple la tradición y San Valero llega ventolero, con una bajada de las temperaturas notable, con vientos fuertes y algunos aguaceros. Siguiendo la tradición, este 29 de enero también se degustará en muchas casas y en la plaza del Pilar el típico roscón que se consume desde hace siglos para esta señalada fecha en Zaragoza capital y en otras poblaciones de las que este santo es patrón, como Cariñena.
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| Típico roscón de San Valero, relleno de nata montada. Foto del autor. | 
San Valero fue obispo de Zaragoza en tiempos del emperador Diocleciano y tras ser canonizado a su muerte, el rey Alfonso hizo traer su cráneo desde Roda de Isábena a Zaragoza hacia el año 1170.
En aquella época ya se festejaba la fecha con una misa en la catedral de La Seo, tras la que se celebraban bailes y se comía el tradicional roscón, dulce típico que también se consume en otras fiestas señaladas del invierno, como Reyes, San Antón y San Blas.
Dulce que se cree herencia de las fiestas saturnales romanas y que fue evolucionando desde lo que en principio debió ser un simple bollo en forma de rosco hasta las roscas de pan y masa refinada que consumimos en la actualidad, muy semejante a un bollo suizo.
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| Las pastelerías zaragozanas exhiben estos días en sus escaparates sus roscones. Foto del autor. | 
Una receta tradicional incorporaría dos tazas de harina, una de azúcar, tres huevos, un sobre de levadura en polvo o una pizca de levadura fresca, agua de azahar y la ralladura de un limón. Se puede agregar una copita de algún licor de nuestra preferencia para darle un toque especial.
Una vez bien mezclados todos los ingredientes y formada la masa, se le da en primer lugar una forma de bola para posteriormente darle la forma de roscón deseada y se coloca en una fuente de horno previamente untada con mantequilla.
Después se barniza con huevo y se adorna con alguna fruta confitada. Horneado entre 20 y 30 minutos hasta que esté completamente cocido, se puede degustar en el que sería su estado primitivo o se rellena con nata montada o crema pastelera.
Nada mejor que un buen vino dulce, por ejemplo de moscatel, como suelen hacer en Cariñena, para acompañar este dulce tradicional.
 
 
 
 
 
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