Vamos terminando el periodo festivo navideño y las más recientes modas y tradiciones imponen la degustación del roscón de Reyes, última fecha señalada de este calendario de consumismo agotador.
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| Empanadico de calabaza elaborado en la panadería Ascaso de Ayerbe. | 
Como es el caso de que este dulce no necesita ninguna promoción, pues está a disposición de todo el que lo desee en tiendas, pastelerías y supermercados desde hace incluso bastantes semanas, aquí vamos a promocionar uno de esos empanadicos aragoneses que tanto nos encantan. Se trata del empanadico navideño de la Galliguera, cuya receta recopiló en uno de sus numerosos trabajos de campo el sabio gastrónomo Darío Vidal. En concreto, recibió las anotaciones por parte de Irene Longarón, en la localidad zaragozana de Santa Eulalia de Gállego.
Así consta en el muy recomendable libro 'El arte de la cocina aragonesa', editado por el cocinero y profesor Ismael Ferrer en 2023 y publicado por Prames.
Este empanadico de la comarca natural de la Galliguera, definida por el valle medio del Río Gállego desde la Guarguera hasta Ardisa, entre las comarcas administrativas del Alto Gállego y la Hoya de Huesca, pasa por ser uno de los más delicados postres navideños de cuantos se elaboran por tierras altoaragonesas.
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| Empanadico de calabaza de las panaderías Julia. | 
Según la lugareña Irene Longarón, para elaborar la masa hay que mezclar tres cuartos de litro de aceite de oliva, dos cucharillas de las de café de canela molida y un kilo de azúcar con dos kilos de masa madre de pan, además de la harina que vaya admitiendo la pasta hasta que ésta comience a ser correosa y no se pegue en las manos.
Una vez la masa esté lista y haya reposado dos horas, se extiende con un rodillo hasta conseguir una hoja muy fina pero lo suficientemente consistente para que no se rompa. En el centro se extiende un relleno que se elabora con la pulpa de una calabaza de rabiqué de unos tres kilos o, en su defecto, de una de las de marmita del mismo peso.
La calabaza, una vez cocida y escurrida, se deja reposar durante un par de horas en una mezcla hecha con un kilo de azúcar, cuatro cucharadas de miel y una cucharada de canela. Se chafa y se mezcla todo bien pero sin que llegue a convertirse en un puré, y se deja reposar todo un día antes de hacer el empanadico.
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| Empanadicos y tortas de la panadería Ferrando, de Siétamo. | 
Una vez puesto este relleno en el centro de la fina hoja de masa, se extiende bien y se cubre con la otra mitad de la masa de forma que lo envuelva, se hace un dobladillo en los bordes para no se salga el contenido y, antes de meterlas en el horno, se rocían con aceite y se espolvorean con azúcar y unos trocitos de canela en rama. Se hornea a 180 grados durante el tiempo que sea necesario hasta que la masa esté bien tostadica. ¡Que aproveche!
 
 
 
 
 
Hola José. En mi opinión, el pastillo de calabaza (que es el nombre con el que he conocido este manjar desde siempre) está a un nivel superior a cualquier roscón. No hablo de nobleza, sino de excelencia culinaria. A mi, hasta la fecha, el que más me gusta es el que hacen en la panadería Sierra de Barbastro. MI mujer lo hace en casa ya desde hace unos años y le sale muy bueno. De crío, en casa de mi madre lo solíamos comer caliente, después de haberlo pasado un poco por el horno de la cocina de leña que había en casa. Un saludo.
ResponderEliminarClaro Ramón, en Barbastro siempre hemos sido muy de comer pastillos, los hacían y siguen haciendo excelentes. En Sierra, en las panaderías de la plaza del Mercado y de la calle de Monzón, en el Entremuro hace muchos años... Y hacerlo en casa, como tu mujer, ya es el no va más para un paladar barbastrino. Gracias por tu comentario, saludos cordiales.
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