miércoles, 25 de diciembre de 2024

Vino melao típico para las fiestas de Navidad

Los ponchos elaborados con vino caliente son muy típicos en algunas comarcas aragonesas, como las de los valles pirenaicos. Los vinos navideños son especialmente apreciados por los habitantes de estas zonas, que se van trasmitiendo, de generación en generación, los ingredientes y los modos de elaboración de estas bebidas que se toman con buenas dosis de cariño familiar en las sobremesas de los ágapes navideños.

Quemando el vino melao. Foto del autor.
Quemando el vino melao. Al lado, los ingredientes que se añaden después. Foto del autor.

Hay que hacer notar, no obstante, que estos vinos, que se pueden tomar calientes o también del tiempo e incluso frescos, se prodigan también en otras culturas gastronómicas del resto de Europa, como se pone de manifiesto en las ferias navideñas que se instalan a lo largo y ancho del viejo continente.

Aquí nos vamos a fijar en el vino melao, que es como llaman a este poncho concreto, que hacen en el valle de Hecho, que no endulzan con miel, como cabría suponer por su denominación, sino con azúcar. Se suele hacer el día 23 de diciembre y se va consumiendo durante todas las comidas del periodo que va desde Nochebuena hasta la festividad de Reyes. Y en este caso, como es una familia bastante amplia, preparan unos ocho litros del suculento caldo (aquí sí sería aceptable utilizar este apelativo para un vino, dado que se calienta y se quema para rebajarle el grado alcohólico).

Se han empleado esos ocho litros de vino de garnacha de una cooperativa de Campo de Borja, dos ramas de canela, dos membrillos, media docena de peras de la variedad roma, un kilo de manzanas verde doncella, orejones, higos secos y pasas de corinto, además de azúcar, a razón de cien gramos por cada litro de vino.

Peras, manzanas y membrillos utilizados en la elaboración del vino.
Las peras, manzanas y membrillos utilizados en la elaboración del vino. Foto de Pilar Ventura.

El primer paso es asar en el horno las peras, manzanas y membrillos, previamente lavados y troceados. No asarlos en demasía para evitar que se deshagan cuando se pongan a macerar con el vino. Así que una vez se sacan del horno, se reservan en una fuente.

La fruta, lista para hornear.
La fruta, ya troceada, lista para asar al horno. Foto de Pilar Ventura.

Mientras tanto, se pone el vino a calentar en una olla y cuando está a punto de ebullición se saca de la fuente de calor y se deposita en una superficie apta para hacer el quemado o flameado. Se le prende fuego y se le va dando vueltas con un cazo para que se vaya quemando la mayor cantidad de alcohol, tal como se aprecia en este vídeo.

Al final del proceso, pasados unos minutos, el fuego se extinguirá e intentaremos reanimarlo un par de veces más para dejarlo todavía menos alcohólico y apto para el consumo de los pequeños de la casa, que no pierden detalle de este momento mágico que sin duda revivirán con emoción cuando sean mayores para hacer partícipes a sus hijos y nietos de las costumbres que les trasmitieron sus antepasados.

Todos los ingredientes a añadir al vino melao.
Las frutas asadas, orejones, higos, pasas, azúcar y canela en rama. Foto del autor.

Y una vez quemado el vino, se agrega el azúcar y se revuelve bien para que se vaya disolviendo en el vino. A continuación, se introducen los pedazos de fruta, la canela en rama, los orejones, los higos y las pasas. Opcionalmente, se pueden agregar algunos dátiles y ciruelas pasas para darle más variedad de sabores y texturas al vino melao, que ya está listo para su disfrute. 

Terminado el proceso, se tapa la cazuela y se guarda en la terraza o en el balcón, donde se conservará perfectamente con la fresca invernal.

El vino melao, listo para su disfrute.
El vino melao, listo para su disfrute. Foto del autor.

Como es habitual, hay múltiples variantes de estos vinos o ponchos según pueblos y comarcas. En algunas localidades de Sobrarbe, el llamado poncho de figas, que se prepara en Nochebuena, sólo lleva vino (normalmente del de la cuba más antigua de la bodega de la casa), azúcar e higos que se habrán guardado de la recolección otoñal en las higueras silvestres.

En muchos pueblos de la Jacetania, el vino se enriquece con miel y antiguamente, una vez elaborado, el dueño de la casa rociaba con el vino los troncos o tozas de leña que había en el hogar, haciendo la forma de una cruz apelando tal vez al supuesto poder protector de esta bebida que previamente ha sido purificada a través del fuego.


viernes, 20 de diciembre de 2024

Cordero estofado navideño

Tenemos ya las fiestas de Navidad a la vuelta de la esquina, una época en la que desde siempre se han preparado los mejores ágapes para reunir a todos los miembros de las familias. En la cocina tradicional aragonesa son muy típicos para estas fechas platos como el cardo con bacalao, el gallo de Nochebuena, asados y guisos de cordero o cabrito, y postres como el guirlache, las rosquillas y variados ponchos y vinos quemados, de los que hablaremos próximamente.

Plato de cordero estofado. Foto del autor.
El cordero estofado, emplatado y listo para comer. Foto del autor.

Hoy me voy a centrar en un plato tan sencillo como sabroso, el cordero estofado, que puede dar mucho juego en uno de los banquetes de los próximos días. En éste, como en otros muchos casos, el cordero se puede sustituir por un cabrito.

Para cuatro personas, necesitaremos un kilo o kilo y medio de carne cortada en pequeñas porciones, normalmente de pierna, espalda, tajo bajo, etcétera; un kilo y medio de patatas; una cebolla grande; una cabeza de ajos; un par de tomates bien maduros; aceite de oliva, pimienta, sal, laurel, canela, perejil, vinagre y un poco de brandi o vino blanco.

En primer lugar, se salpimentan los trozos de cordero y se fríen en aceite caliente en una sartén o en la misma olla donde haremos el guiso (antiguamente se utilizaba una caserola ancha y llana) hasta que se doren. Después se reservan y en el mismo aceite pochamos la cebolla y el tomate bien picados. Se añade el ajo entero, la hoja de laurel, la canela, un poco de aceite y el vasito de coñac o de vino blanco. Una vez pochado el conjunto, se agregan los trozos de carne y se deja cocer el guiso a fuego lento, removiendo de vez en cuando el recipiente pero sin revolver el contenido.

Aparte, pelamos las patatas y las cortamos en dados, y las freímos. Picamos tres dientes de ajo con perejil, los añadimos a las patatas ya fritas con unas gotas de vinagre y vertemos todo en la olla del cordero. Si nos gustan las zanahorias, podemos añadir unos trozos pequeños que le dará colorido, sabor y textura a la salsa. Algo parecido podemos decir respecto a unos pocos guisantes. El estofado estará listo en una hora y media aproximadamente, dependiendo de la terneza de la carne utilizada.

Un vino tinto

Este plato requiere el acompañamiento de un potente vino tinto, a ser posible con algo de crianza y preferiblemente de alguna zona elaboradora de Aragón. El de la foto lo regué con una garnacha de Campo de Borja, Coto de Hayas Viñas del Cierzo, de Bodegas Aragonesas, y el resultado fue sobresaliente. 

Y aprovecho para brindar por unas Felices Navidades para todos. ¡Bebed con moderación y sed felices sin medida!

jueves, 12 de diciembre de 2024

Póquer de ases de la cocina en Gas Barbastro

Esta semana ha tenido lugar en la ciudad del Vero el acto de clausura del programa conmemorativo del 50 aniversario de Gas Barbastro con la participación de cuatro grandes cocineros de la provincia de Huesca, un póquer de ases culinarios que pusieron de manifiesto una vez más el alto nivel de la gastronomía altoaragonesa, tanto en lo que se refiere a productos como a chefs encargados de su preparación en los fogones. 

Los cocineros participantes, con el presidente de Gas Barbastro. Foto de Ángel Huguet.
Los cocineros y sumilleres participantes, con Eduardo Puente, presidente de Gas Barbastro. Foto de Ángel Huguet.

A destacar también el esfuerzo de los responsables de Gas Barbastro por confeccionar un programa muy atractivo para este aniversario, culminado con este broche de oro en el que disfrutamos mucho los casi ochenta asistentes con las creaciones de los chefs, que estuvieron orientadas hacia los menús de las próximas fiestas navideñas.

Carmelo Bosque, presidente de la Asociación de Hostelería de la provincia de Huesca y propietario del restaurante Lillas Pastia, en poder de una estrella Michelin, ejerció de maestro de ceremonias tras la presentación del acto por parte del presidente de Gas Barbastro, Eduardo Puente

Bosque, un veterano de los fogones que consiguió a los 30 años la primera estrella Michelin de la provincia de Huesca cuando oficiaba en el restaurante oscense Navas, puso de manifiesto que esa misma edad e ilusión tiene ahora Iris Jordán, cocinera del restaurante Ansils, que acaba de lograr la distinción y que se encargó de abrir los pases con un tartar de trucha aderezado con una vinagreta de elaboración propia y con unos fideos de calabacín encurtido. 

Tartar de trucha de Iris Jordán. Foto del autor.
Tartar de trucha de Iris Jordán. Foto del autor.

Le siguió el pase preparado por Carmelo Bosque, consistente en 'Hongo y patata trufada', en cuya elaboración incluyó setas y trufa negra, producto estrella de nuestra gastronomía y que es altamente codiciado por los profesionales de la cocina. Tuvo el detalle de exponer unos cuantos hermosos ejemplares de trufa negra recién llegados de Graus.

Trufas negras de Graus. Foto del autor.
Trufas negras que se exhibieron en el set de preparación de platos. Foto del autor.

Les tocó después actuar a Rafa Bautista y María Begué, del establcimiento barbastrense La Oveja Negra (que ha conseguido este año el Bib Gourmand de Michelin, considerado la antesala de la estrella), con un delicioso cardo con salsa de almendras y bacalao.

Cardo con salsa de almendras de Rafa y María. Foto del autor.
Cardo con salsa de almendras y bacalao, de Rafa Bautista. Foto del autor.

Después, Iris Jordán, que estaba acompañada por su hermano Bruno, sumiller del restaurante que poseen en Anciles, repitió ofreciendo un no menos suculento canelón de ternasco, para cuya elaboración utilizó cuellos del cordero agnei, pasas, orejones y ciruelas. Lo acompañó con una salsa de boletus y foie y de unas lascas de queso El Benasqués.

Canelón de ternasco de Iris Jordán. Foto del autor.
Canelón de ternasco de Iris Jordán. Foto del autor.

El cierre corrió a cargo de Javier Matinero, chef y propietario del restaurante local Trasiego, quien preparó pollo relleno, en el que también incluyó deliciosos productos de la zona, como pistachos de Estadilla. Hay que recordar que este establecimiento también está en poder de la distinción Bib Gourmand de Michelin y que Matinero fue el primer cocinero aragonés al que le concedí el premio Con Mucho Gusto de Heraldo, allá por 2015. También disfrutaron de la velada su esposa, Natalia Gracia, y sus hijos, Lua y Diego.

Pollo relleno de Javier Matinero. Foto del autor.
Pollo relleno de Javier Matinero. Foto del autor.

Aún hubo espacio en los estómagos para culminar el ágape con un dulce: la ya mundialmente famosa trenza, que en este caso procedía de la capital de la provincia.

Resumiendo, una noche para recordar por la altura de los cocineros, la calidad de los productos y la perfecta organización, en la que se notó la destreza de la periodista Macu Hervás, a quien conocí en el 'Diario del Altoaragón' cuando daba sus primeros pasos por la profesión, y que ha tenido mucho mérito en el éxito de este aniversario, incluida la redacción y edición del libro '50 años de gas en Barbastro. Diario de un proyecto social de éxito, pionero en Aragón. 1974-2024'.

martes, 3 de diciembre de 2024

Ya está a la venta Generaciones Blanco, un rico vino de Bodega Aldahara

Hace unos días asistí a la presentación del último vino que ha puesto en el mercado la Bodega Aldahara, en Estadilla, una empresa familiar que cumple este 2024 sus veinte años de andadura y cuyos propietarios me honran con su amistad desde hace casi otros cuatro lustros.

Aldahara Generaciones Blanco. Foto del autor.
El nuevo Aldahara Generaciones Blanco. Foto del autor.

El vino que se presentó es el Generaciones Blanco, un auténtico vinazo de altas hechuras, uno de los mejores blancos que he probado en los últimos tiempos. Esta primera añada está hecha con uvas de chardonnay de la cosecha de 2023 y estuvo seis meses de crianza con sus lías en barricas de roble húngaro de 500 litros. Tiene un grado alcohólico del 13% y ya está a la venta en la web de la bodega al precio de 14 euros.

Es la segunda referencia que sale con esta marca. La primera fue un tinto crianza del que se han embotellado ya dos añadas y cuya etiqueta reflejaba el cariño intergeneracional con que se miman los vinos en esa casa, con un dibujo de José María Raso, fundador de la bodega, junto a sus dos primeros nietos.

En el Generaciones Blanco la etiqueta la protagoniza Marisa, esposa de José María, que en este caso está acompañada de tres nietos porque la familia sigue creciendo. Ella y su hijo David fueron los encargados de presentar el vino a la numerosa concurrencia que nos dimos cita en la bodega para poder disfrutar de este gran blanco, que puede dar mucho juego en los ágapes de las ya cercanas fiestas de Navidad.

La experimentada enóloga de la bodega, Paz Mur, resaltó que la etiqueta responde perfectamente al concepto de Generaciones Blanco Chardonnay, un vino que conjuga la frescura típica de los vinos jóvenes con la confortabilidad que conlleva la experiencia y la calidez que le aporta la crianza en roble. El resultado es un vino redondo que inunda el paladar de ricas y agradables sensaciones.

Autoridades con la familia Raso.
Algunas de las autoridades y la familia Raso, durante la presentación del vino.

En el acto de presentación también intervinieron Fernando Torres, alcalde de Barbastro y presidente de la Ruta del Vino Somontano, y Francisco Berroy, presidente del Consejo Regulador de la D. O. Somontano (zona en la que está Bodega Aldahara), quienes se congratularon de que sigan llegando al mercado grandes vinos como Generaciones, que dan prestigio y renombre a la comarca.

Entre los asistentes al evento figuraban también Isaac Claver, alcalde de Monzón y presidente de la Diputación Provincial de Huesca, y Pilar Lleyda, alcaldesa de Estadilla.

También pude disfrutar del vino y de las ricas tapas con las que se acompañó departiendo con Raquel Latre, anterior presidenta de la Denominación de Origen; con la actual secretaria del Consejo Regulador, Mariola Subías; con la directora de comunicación, Eli Río;  con Joaquín Bielsa, presidente del Círculo de Amigos del Somontano 'La Mesa Redonda', y con David Mairal, de la empresa de embutidos Julián Mairal, cuyo fundador y mi padre fueron grandes amigos desde bien jóvenes, pues ambos habían nacido en Naval. 

Incluso hubo tiempo para conocer la incansable y loable actividad que desarrolla por toda la comarca la entidad Somontano Social con su gerente, José María Calasanz, y con su responsable de recursos humanos, Pilar Planas.

Botellas de Generaciones Blanco.
Botellas de Generaciones Blanco. Foto del autor.

Así que ya lo sabéis, si queréis disfrutar de este Generaciones Blanco no os despistéis pues la primera edición de este vino apenas alcanzará las 1.200 botellas. Además Aldahara comercializa en distintos formatos (por ejemplo en bag in box) varias referencias de vinos blancos, rosados y tintos, además de vino dulce, cava y vermús blanco y tinto, y aceites de oliva de su propia cosecha.

Otra cosa importante. Si alguna vez pasáis por Estadilla en temporada de tomates, no dejéis de comprar los exquisitos tomates rosa que producen por aquellos lares. En la propia bodega os pueden dar razón de dónde adquirirlos.

Chiretada popular en Barbastro

La Plaza del Mercado de Barbastro fue escenario el pasado sábado, 25 de octubre, de otra convocatoria gastronómica dedicada a ensalzar la ch...