miércoles, 14 de agosto de 2024

Una ruta para conmemorar el 120 aniversario de Salvador Dalí (III)

Púbol, un pasado lleno de esplendor

Dejo atrás el santuario dels Àngels, junto a Gerona, y dirijo mis pasos hacia el castillo de Púbol, uno de los lugares obligados en la ruta a seguir con ocasión del Año Dalí. Se dice que cuando Dalí compró este castillo, a unos 30 kilómetros de la capital gerundense, tuvo muy en cuenta el hecho de su situación, muy cerca del lugar donde el artista contrajo matrimonio con Gala. 

Uno de los salones del castillo de Púbol, con decoración netamente daliniana.
Uno de los salones del castillo de Púbol, con decoración netamente daliniana.

La construcción, de origen medieval, estaba en ruinas cuando fue adquirida por el genial artista en 1968, diez años después de su matrimonio con la musa. La restauración fue costosa y se prolongó durante más de un año, aunque la meticulosidad del trabajo permitió mantener la romántica imagen de la fortificación en ruinas.

Desde la estación de Flassá, un taxi me lleva hasta Púbol, un pueblo de no más de cien habitantes. Lluis, su amable conductor, aún recuerda los años en que Gala reinaba en el castillo con su máximo esplendor. Dalí sólo podía acudir allí cuando le llamaba su esposa. Entonces, él acudía con la misma presteza que el primer día en que el amor había unido sus corazones en una sola alma. Pero después llegó la separación física. 

Lluis ya era taxista cuando Gala recibía en su castillo incontables visitas de jóvenes a los que conquistaba con su abrumadora personalidad y, sobre todo, con los suculentos regalos que ofrecía a sus amantes.

El castillo es ahora el mejor testimonio de aquel pasado en el que Gala luchaba inútilmente contra el envejecimiento y contra la muerte. Según Ian Gibson, uno de los biógrafos de Dalí, poco tiempo antes de morir, Gala “tenía el aire de una madame retirada de un prostíbulo, con el rostro arrugado empastado de maquillaje y los labios desbordantes de rojo”. 

Helena Ivanovna Diakonova, que era como se llamaba en realidad la esposa de Dalí, había nacido el 26 de agosto de 1894 en la ciudad rusa de Kazán (era diez años mayor que Dalí). Murió el 10 de junio de 1982 a los 88 años en Port-Lligat, aunque se le trasladó discretamente envuelta en una manta en el asiento trasero de un Cadillac que ahora puede visitarse en el garaje del castillo. Sus restos embalsamados reposan en la cripta del castillo, en una tumba doble que debía albergar también a Dalí, pero éste fue enterrado, no sin controversia, en el Museo de Figueras.

Mapa con la tercera etapa de la Ruta Dalí.
Mapa con la tercera etapa de la Ruta Dalí.

El interior del edificio es claramente daliniano, ya que el artista se implicó activamente en su decoración. Impresionan mucho la habitación y el baño de Gala, con su tocador y todos sus utensilios para el aseo y el cuidado del pelo, que parecen haberse utilizado unas horas antes. 

Hay también algunas obras que Dalí realizó especialmente para este inmueble, como el panel del techo del llamado Salón de los Escudos, una obra de 12 x 8 metros, en el que están representados Gala y el artista. Con motivo del Año Dalí, en el castillo se puede ver también una atractiva exposición temporal sobre las ilustraciones que ‘El divino’ hizo para el Quijote.

En los sótanos del castillo está enterrada Gala y la tumba de Dalí está vacía.
En los sótanos del castillo está enterrada Gala y la tumba de Dalí está vacía.

Tras la muerte de Gala, Dalí se instaló en el castillo, donde vivió entre junio de 1982 y agosto de 1984 porque, según cuentan, no quería dejar sola a la mujer que tanto había amado. Pero un incendio fortuito en la habitación le causó graves quemaduras, por las que fue hospitalizado. 

Después, Dalí se instaló definitivamente en Figueras hasta su muerte, en 1989. Figueras es precisamente el próximo destino de esta ruta, después de dejar Púbol con cierto sentimiento de tristeza por saber que allí se queda Gala prisionera en su castillo, con la única compañía de su soledad

El bar Emporium, en Figueras, que Dalí frecuentaba con Buñuel.
Las mesas del bar Emporium, en Figueras, lugar que frecuentaba Dalí con Buñuel.

El día muere y aprovecho para dar un paseo por la Rambla de Figueras, que muestra por todas partes y con mucho orgullo las señas dalinianas que la convierten en una de las capitales mundiales del surrealismo. Junto a esa Rambla están las mesas del bar Emporium, en las que Dalí y Luis Buñuel escribieron gran parte del guion de la película 'Un perro andaluz'.

(Continuará)

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